
Me detengo a mirar esta fotografía del año 2011 y es inevitable no emocionarme.
Parece que fue otra vida, pero no... fue esta vida y ya han transcurrido 9 años.
Muchos recuerdos vienen a mi cabeza de esos momentos de crisis en que parecía, y yo sentía que nada era posible, que mi vida estaba paralizada por las circunstancias que me había tocado vivir.
Veo esta foto y tengo una mezcla se sentimientos entre amor, tristeza, gratitud, satisfacción, pero sobre todo mucho, pero mucho orgullo por haber tomado la firme decisión de cambiar. Y no me refiero sólo a la parte física.. de hecho, eso fue el resultado de toda una renovación interna muchísimo más importante (y lo sigue siendo)
Desde mi experiencia he llegado a la conclusión que cuando se vive un dolor tan intenso y desgarrador no queda más alternativa que convertirnos en alguien más, o tal vez otra versión mejorada y más preparada de nosotros mismos.
Eso fue en definitiva lo que me pasó a mí. El resultado fue darme cuenta de que cuando se toma una decisión desde el alma, el universo entero conspira para apoyarnos.
Me preparé mucho: estudié, leí, investigué, fui a conferencias, pagué cursos y seminarios para poder entender y aplicar cambios en mí misma, cambios reales y consistentes, partiendo por un cambio de mentalidad.
Ahí justo es cuando comienza la verdadera transformación.
¿Y por qué lo sé? Porque yo misma viví el proceso y sigo viviéndolo y me permití vivir una vida llena de energía, entusiasmo, running, metas y paz. No más victimización.
Hoy me siento así, y si hay momentos de bajón o desbalance, (que por supuesto los hay) también aprendí a cómo encontrar nuevamente mi centro y a no temer al desbalance, porque esto a veces también es parte de una vida balanceada.
Aprendí a escucharme y escuchar mi cuerpo como el mejor guía que puedo tener. Mi cuerpo, esa inteligencia superior que sabe cómo cuidar de mí, que me dice lo que está bien y lo que no, como también, ¡sabe la forma de sanar si me enfermo y sabe cómo mantenerme viva sin que yo haga ningún esfuerzo...Ese es el milagro!
A veces me parece increíble que nunca hayamos aprendido a cuidar de nuestros cuerpo y espíritu. Jamás aprendimos a empezar a cero, a renovar o a reequilibrar nuestro guía interno que de manera natural nos dice cuánto descanso nos falta, qué aspectos de nuestra vida no están bien, y nos enseña a movernos, a decidir y a ser plenos.
Para mí, cambiar de hábitos hacia una vida saludable es AMOR. Una forma de amarte a ti misma incondicionalmente. Cambiar hábitos te orienta hacia la curación integral al que puedes volver una y otra vez cuando la vida te arrastre a un callejón que pareciera no tener salida.
Hoy mi filosofía y manera de vivir no es una historia inspiradora más, sino que es realmente el combustible que me da la energía y el núcleo central de mi conexión con mi propósito en esta vida.
Este es mi mensaje. Tan poderoso y transformador que quiero transmitirlo.
Veo a mucha gente enferma, por problemas de sobrepeso, imagen, falta de energía. Cada vez veo más personas adultas y lamentablemente cada vez más niños con diabetes, problemas del corazón, gente sufriendo dolor físico, estrés, frustración. Creo y sé absolutamente que la única manera de cambiar esta realidad es terminando con el problema desde la raíz y esto solamente se logrará con un cambio de mentalidad real y en consecuencia con cambio de hábitos... y no hay de otra manera.
No importa desde donde se empiece. Lo importante es empezar hoy.
Sé que cualquier cosa es posible cuando te reencuentras contigo misma y sé que hay un camino de regreso hacia ti... si yo pude hacerlo, tú también puedes.
Con afecto,
Gloria Lobos
Health Coach en cambio de hábitos